martes, 6 de octubre de 2009

Que pena..


Esta mañana como suelo hacer en mis mañanas salí a caminar, esta vez acompañada de mi hijo. Después de media hora mi hijo me toca y me dice: mira eso. Yo que iba distraida escuchando música no me había percatado. Miré y vi practicamente un campamento puesto en la calle. Un mendigo, con sus carteles,cocina, y demás cosas.. Me dió pena, en uno de los carteles decía que tenia una discapacidad del 67% y que recibía una pensión de solo 330€, que se sentía excluido de la sociedad y del mundo.. Que triste, pensé..

En la actualidad el fenómeno de la indigencia carece de contornos, se hace inconmensurable. Ellos aumentan de número cada vez mas debido a la crisis que atravesamos y pierden aquellos rasgos comunes que les hacían reconocibles y les permitían acceder a los espíritus generosos. Nuestra actual producción en masa de mendigos promueve disputas entre ellos, ya que aumenta la competencia interna. Así, se ven forzados a refinar de modo constante y creciente códigos de supervivencia que les liguen de nuevo a sus ocasionales y precarias "fuentes de ingresos". Mientras, en ambos espacios se ven rodeados por una sola ideología que les califica de "fracasados". El único material simbólico del que disponen en sus estrategias de seducción es la culpa (y muchas veces ni la tienen).. Precisamos, por tanto, pensar cómo se construye esa imagen de culpa. En otras palabras, resulta imprescindible quejarse con ventaja desde los medios para, curiosamente, hacer reales los agravios y las responsabilidades que denuncian y explican la miseria que nos rodea.
Los mendigos carecen de la prisa de los que gozan del estatus de ciudadanos y desconocen el frenesí de nuestros medios de comunicación y transporte. Los mendigos "reales" rotan con una monotonía más o menos uniforme. Tienden a la parálisis prolongada: Son (parecen ser) siempre los mismos. Su único motor de aceleración es su cuerpo y sus desgracias - culpas que sobre ellos arrojamos física y simbólicamente.

Soy consciente que no puedo hacer nada pero si que me dan pena. Y no encuentro una respuesta de porqué tanta gente en la calle cuando podrían al menos tener lugares donde darles un techo.

Y pensar que han sacado hasta un vídeo juego usando los mendigos.. :-(


Termino con una frase : "Esta miseria de posición, relativa al punto de vista de aquél que la experimenta cerrándose en los límites del microcosmos, está forzada a parecer `totalmente relativa', como se suele decir, esto es, completamente irreal." (Bourdieu, 1997b:13).


Así que Yo como miles de vosotros- cada uno a su manera- le damos gracias a la vida por lo que tenemos y disfrutamos, mientras otros no pueden....
Sin Olvidar a esta gente...

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