¿Para qué seguir esperando la felicidad?
ella no llega desde fuera.
La felicidad se logra poniendo lo mejor de ti
en cada instante de tu vida,
en cada actividad,
en cada encuentro;
en cada relación.
La felicidad es ser tu, pleno, íntegro; vivo; presente.
Es no buscar nada; sólo estar; verte; aceptarte; amarte.
Llegar a casa depende de ti.
De tu propio encuentro; de tu silencio;
del tiempo que le dediques a estar contigo mismo
y a limpiar todo lo que entorpezca tu estado de felicidad.
Sólo es un regreso a casa,
no hay nada que descubrir, sólo recordar.
Recordar el comienzo, recordar el origen,
recordar la unión con este maravilloso cosmos.
Hablar con un pájaro, danzar bajo la lluvia,
celebrar la vida y disolver,
limpiar, purificar cada momento, cada instante.
El agradecimiento purifica, limpia, te bendice,
te acerca a Dios, a tu esencia Divina.
Este es tu tiempo, tu lugar.
Comienza ya.
No hay más tiempo que perder,
sólo el que tú decidas perder.
Verte y aceptarte, despertar,
sin engaños, sin mentiras.
Sólo despertar, y entonces el amor surgirá naturalmente.
Sólo aprende a amarte y
el amor hacia la humanidad
saldrá desde ti y
se irradiará en todas direcciones.
Te pasaste toda la vida esperando este gran momento
y el momento llegó.
En realidad siempre estuvo,
sólo que no lo veías.
Ahora sí sabes que puedes ser feliz.
¡Celébralo!
Yo celebro contigo.
Desconozco el autor
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