jueves, 16 de diciembre de 2010

Sabor de lágrimas


Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste

de una tristeza apenas explicable

con palabras, y de una imperturbable

soledad, que por ti nace y existe.

Siempre de gris, mi corazón se viste:

polvo y humo, ceniza abominable,

y la envolvente bruma irrenunciable

que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.

Gris a mí alrededor. Contra mi mano

la nube espesa se va abriendo en vano

porque el fuego que soy, no está encendido

y hay niebla en lo que miro y lo que toco.

Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco

porque está gris, y llueve, y no has venido.

Julia Prilutzky Argentina (1912-2002)

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