viernes, 9 de julio de 2010

Si..............


¡Si una
espina me hiere, me
aparto de la espina,...pero no la aborrezco! Cuando la
mezquindad envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,esquívase
... en silencio mi planta, y se encamina
hacia más puro ambiente de amor y caridad. ¿Rencores? ¡De
qué sirven! ¡Qué logran los rencores! Ni restañan heridas, ni
corrigen el mal. Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores, y
no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal, se llevará las rosas de
más sutil esencia; y si notare en ellas algún rojo vivaz, ¡será el
de aquella sangre que su malevolencia
de ayer, vertió, al herirme con encono y violencia, y que el
rosal devuelve, trocada en flor de paz!

Desconozco el Autor

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