lunes, 17 de octubre de 2011

Aprender



Al primer año de nacido aprendí lo importante que es un juguete. sobre todo si sabe rico.

A los 2 años, aprendí que caerse duele.

A los 3 años, aprendí que duele más una palabra que un golpe.

A los 4 años, aprendí lo interesante que puede ser un rompe cabezas

A los 7 años, aprendí lo confortante que se siente un abrazo de papá o mamá cuando tenía miedo, o simplemente cuando sentía que necesitaba sentirme amado.

A los 8 años, aprendí que no todo se puede arreglar con un berrinche.

A los 9 años, aprendí que mi profesora sólo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.

A los 10 años, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo.

A los 12 años, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa.

A los 13 años, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería; mi madre me mandaba a ordenarlo.

A los 15 años, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano, porque mi padre tenía frustraciones mayores… y la mano más pesada.

A los 16 años, aprendí que mi hermana no era mi mayor enemiga. y que podía ser mi mejor confidente.

A los 17 años, aprendí que emborracharte no siempre es el mejor sentimiento, (menos al otro día) y que no es la mejor forma de solucionar los problemas.

A los 18 años, aprendí que no valía la pena discutir con mi madre.

A los 19 años, aprendí lo que duele dejar a alguien que amas.

A los 20 años, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.

A los 21 años, aprendí que un libro puede llegar a ser una buena compañía.

A los 22 años, aprendí que si encuentras a la mujer adecuada te puede enseñar a amar.

A los 23 años, aprendí lo que es extrañar a alguien y lo grato que es volverlo a encontrar.

A los 24 años, aprendí que con el tiempo las cosas se miran de una forma diferente.

A los 25 años, aprendí que aunque me quería comer el mundo aun me faltaba mucha experiencia.

A los 26 años, aprendí que no importa lo lejos que viajes cuando quieras huir de algo, tus problemas siempre te acompañaran a lo largo de toda la travesía.

A los 27 años, aprendí que el titulo obtenido no era la meta soñada.

A los 28 años, aprendí que se puede hacer en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera.

A los 30 años, aprendí que se necesita mucho amor, paciencia y inteligencia para vivir con alguien.

A los 31 años, aprendí lo que es ser padre y me empecé a dar cuenta de lo que eso significa.

A los 32 años, me di cuenta lo que me falto conversar y convivir con mi padre. y lo mucho que me falto aprender de él.

A los 33 años, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo.

A los 34 años, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.

A los 35 años, aprendí que puedes deprimirte como cuando tenias 17 años y que eso no esta mal. solo significa que estas empezando a pensar en ti mismo.

A los 36 años, entendí que mi madre no va cambiar y sigue siendo inútil discutir con ella.

A los 37 años, comprendí lo lejos que estaba de saber quien era.

A los 38 años, aprendí que a veces la vida se repite y duele igual que la primera vez.

A los 39 años, aprendí que ser buen amigo no se trata solo de recibir.

A los 40 años, aprendí que si estás llevando una vida sin fracasos, no estás corriendo los suficientes riesgos.

Luego, con el pasar de los años aprendí…

Que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo con un pequeño detalle que casi siempre no cuesta nada.

Que niños y abuelos son aliados naturales.

Que ver una buena película puede darme una tarde agradable.

Que aprender a aceptarme como soy me puede ayudar a no sentirme tan solo.

Que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos.

Que no puedo cambiar lo que pasó pero puedo dejarlo atrás.

Que las cosas que te pasan y que te duelen, siempre te dejan una enseñanza. y esta en ti aprender de ella.

Que nunca es tarde para decir “lo siento” y “perdón”.

Que puede doler, pero sé que después me voy a sentir mejor.

Que nunca es tarde para decir la verdad (por mas dura que esta sea), y que tampoco es tarde para enfrentar a quien le hice daño; si aquélla persona te quiere te sabrá entender y perdonar.

Que pedir ayuda puede dar mucha vergüenza y miedo, pero que a veces es necesario y hay que sacar fuerzas y valor para hacerlo.

Que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca suceden.

Que esperar a los hijos despierto cuando salen de noche no va a hacer que lleguen mas temprano.

Que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo.

Que nunca se debe ir a la cama sin resolver una pelea.

Que me hubiera gustado tener la experiencia que tengo ahora cuando era mas joven, seguramente no habría dejado pasar tantas oportunidades.

Y que ahora entiendo que eso es imposible, y que solo me queda aplicar mis experiencias y no perder la oportunidad de encontrar a un amigo.

Que si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.

Aprendí que envejecer es importante.

Aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.

Y hoy… me doy cuenta de que todavía se amar, amo y soy amado.

Descubrí que tengo mucho para aprender, y que no importa la edad que se tenga; aun estás a tiempo de cambiar las cosas y ser feliz.


Realmente no tiene mucha importancia hasta que edad vivivimos. Lo importante es no sentir que lo hemos hecho en vano..

Desconozco el Autor

Foto: Arco iris visto desde casa

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